Levantarse todas las mañanas sin ninguna preocupación era algo normal para Violeta una chica de 21, lo tenía todo; dinero, belleza y padres que la adoraban.
Era hija única de un reconocido cirujano y de una encantadora directora de preparatoria, asistía a las mejores escuelas y todos la amaban, o eso era lo que ella creía. En realidad todos hacían un gran esfuerzo por soportarla, ya que era malcriada y muy egoísta, y las personas que decían ser sus amigos solo estaban con ella por interés, sin embargo había solo una chica llamada Alexa que no solo la amaba si no que la admiraba.
Alexa era la hija del ama de llaves de la casa de Violeta, y aunque cualquiera creería que esta última sería desagradable con la chica solo por ser la hija de la señora del aseo, la realidad era muy diferente. Violeta disfrutaba el tiempo con esta chica, le regalaba la ropa que no usaba é incluso la invitaba a las fiestas de los chicos de la universidad donde asistía; nadie sabía a qué se debía tanta amabilidad y cariño, muchos decían que tenían una relación, otros que sus padres la obligaban a ser amable, pero la verdad era solo 1, ellas crecieron juntas, Alexa fue la única amiga de Violeta cuando eran niñas y nadie la quería por ser más llenita que el resto de las otras niñas, por lo cual ella siempre se lo agradeció al grado de confiar realmente en ella, aunque sin saber que más adelante eso la metería en graves problemas.